
En el este de la Franja de Gaza, un ataque israelí mató a Bahaa Abu el-Atta y a su esposa y provocó una feroz reacción con lanzamientos de proyectiles que llegaron hasta el corazón de Tel Aviv, mientras Yihad Islámica prometía vengarse. El ejército de Israel consideraba a Abu el-Atta como el cerebro de los recientes ataques en su contra y el principal mando militar del grupo en Gaza.
Por otra parte, medios estatales sirios reportaron que un ataque aéreo israelí en la capital, Damasco, tuvo como objetivo a otro comandante de Yihad Islámica, Akram al-Ajouri, que resultó ileso.
La agencia noticiosa estatal siria dijo que aviones de guerra israelíes dispararon tres proyectiles sobre la vivienda de al-Ajouri y mataron a su hijo y a su nieta. El ejército israelí no realizó comentarios al respecto.
El repentino repunte de la violencia parecía avivar el conflicto cada vez más directo de Israel con Irán y sus aliados en la región. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, realizó recientemente una serie de advertencias sobre una supuesta agresión iraní.
Netanyahu recibió también las críticas de los residentes en la frontera sur y de rivales políticos por su tibia respuesta a ataques insurgentes recientes. El Gabinete de Seguridad del ejecutivo celebró una larga reunión extraordinaria para discutir más acciones.
Al finalizar, Netanyahu, que compareció junto al jefe del ejército, el teniente general Aviv Kochavi, dijo que el-Atta, un “architerrorista, era el principal generador de terrorismo desde la Franja de Gaza”.

El ministro del Interior, Gonzalo Blumer, dijo que el proceso debe pasar por el establecimiento de un Congreso Constituyente que tenga una “amplia participación” de los distintos sectores sociales y luego se ratifique en un plebiscito.
Blumel informó el plan a periodistas tras una reunión con el presidente, Sebastián Piñera.
“Entendemos que este es un trabajo que tenemos que hacer pensando siempre en el país”, dijo.
La Constitución chilena data de 1980, cuando aún regía la dictadura de Augusto Pinochet. Como parte de las protestas que han sumido al país sudamericano en una de sus mayores crisis políticas en la historia reciente se ha exigido la modificación de la carta magna.
En un intento por tratar de calmar la situación, el gobierno de Piñera ha impulsado ajustes sociales que incluyen ligeros incrementos a las pensiones y el salario mínimo. Sin embargo, las manifestaciones continúan.
Varios creen que las desigualdades por las que la gente protestan tienen su origen en la Constitución de Pinochet, que se mantuvo en el poder de 1973 a 1990, y que entre otras cosas privatizó los servicios básicos y creó sistemas de educación y salud a los que se puede acceder según el poder adquisitivo.

¿POR QUÉ EL CAMINO A LA REELECCIÓN DE MORALES HA SIDO CONTROVERSIAL?
Morales, ex líder sindical de cocaleros y primer presidente indígena de Bolivia, asumió el cargo el 22 de enero de 2006. Formó una asamblea constituyente para redactar una nueva constitución que fue aprobada en un referéndum de 2009. Entre los cambios en la nueva carta estaba permitirle al presidente una reelección consecutiva. El mandato de Morales como presidente debía haber sido de 2006 a 2011, pero convocó elecciones anticipadas para el 6 de diciembre de 2009, con el argumento de que la nación andina estaba siendo refundada con la constitución reformada. Él ganó fácilmente ese voto.
Morales luego sostuvo que su elección de 2009 contaba como su primera elección bajo la constitución, lo que significa que podría postularse en las elecciones de 2014, y el Tribunal Constitucional de Bolivia respaldó su posición. Con la oposición débil y fragmentada, volvió a ganar el cargo en 2014, que según sus críticos fue su segunda reelección.
¿POR QUÉ SE PODRÍA MORALES CORRER DE NUEVO ESTE AÑO?
Con la constitución impidiéndole buscar otra reelección en 2019, Morales convocó un referéndum en 2016 que propuso permitir una segunda reelección consecutiva para el presidente y el vicepresidente.

La situación era tal que no había fecha para que se reuniera la Asamblea Legislativa, que debía elegir al sucesor de Morales. El presidente de ese órgano y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados también renunciaron.
La Paz, la capital política del país, amaneció el lunes en tensa calma tras una turbulenta noche de violencia. Turbas atacaron y saquearon comercios y las casas de exautoridades y de líderes opositores. Una flota de 15 autobuses municipales de transporte público fue incendiada. En la madrugada la policía salió para repeler la acción de grupos vandálicos.
Las calles de la ciudad todavía seguían sin patrullaje policial el lunes en la mañana. En otras ciudades se mantenían los bloques callejeros opositores. En Santa Cruz, bastión de la oposición, el líder cívico Luis Fernando Camacho llamó a mantener el paro en la ciudad por dos días más hasta que el Legislativo elija al sucesor de Morales.
Tras la renuncia del mandatario también dimitieron el vicepresidente Alvaro García, que a la vez era presidente de la Asamblea Legislativa. La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra y el presidente de diputados, Víctor Borda, renunciaron también a sus cargos.
No estaba claro que los legisladores fueran a reunirse el lunes en sesión extraordinaria porque el partido de Morales, el Movimiento al Socialismo (MAS), controlaba casi dos tercios de la Asamblea y era necesario para el quorum.
Políticos y opositores insistieron en que el traspaso de poderes debía ser constitucional. “La Asamblea debe elegir al sucesor, no puede haber otra salida que no sea constitucional”, declaró el expresidente Carlos Mesa, segundo en los comicios por la alianza de centro Comunidad Ciudadana (CC).

“No me siento seguro aquí, y no me sentiré, porque la verdad es que no estamos seguros aquí como comunidad”, dijo David Langford entre lágrimas al dirigirse a los asistentes al sepelio de su esposa, Dawna Ray Langford, el jueves. Los residentes de La Mora se consideran “mormones” aunque no están afiliados a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
Mientras la comunidad de Colonia LeBarón está tranquila desde el asesinado de uno de sus miembros en 2009 y la posterior instalación de una base de seguridad, La Mora carece de esa presencia, al menos hasta que la masacre del lunes hizo que las fuerzas estatales y federales se desplegaran en la zona para proteger a los dolientes. El tiempo que permanezcan allí será crucial para determinar el futuro de la aldea.
“Estamos aquí en las montañas, no tenemos acceso a las autoridades, o muy, muy poco”, añadió David Langford.
Soldados mexicanos hicieron guardia durante los entierros del jueves, un recordatorio de los peligros que enfrentan al vivir en un territorio que se disputan dos cárteles de la droga.
El primer funeral fue por una madre y sus dos hijos, que fueron sepultados en ataúdes de madera de pino tallados a mano en una sencilla tumba excavada en el rocoso suelo. En mangas de camisa, con trajes o vestidos modestos, alrededor de 500 dolientes mostraron su dolor por la tragedia bajo carpas blancas. Algunos lloraban mientras otros entonaban cantos.
Los miembros de la comunidad extendida _ muchos de los cuales tienen doble nacionalidad estadounidense y mexicana _ habían construido los féretros y utilizaron palas para cavar la tumba compartida en el pequeño cementerio de La Mora.