EEUU PanamaWASHINGTON (AP) — Estados Unidos cubrirá el costo de los vuelos y brindará otro tipo de asistencia a Panamá para repatriar a migrantes, según un acuerdo firmado el lunes, mientras que el nuevo presidente de la nación centroamericana ha prometido cerrar el peligroso Tapón del Darién por el que cruzan los migrantes que se dirigen al norte.
El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, firmó el memorando de entendimiento el lunes durante su visita a Panamá para acudir a la investidura del nuevo mandatario, José Raúl Mulino.
El pacto “está diseñado para reducir conjuntamente el número de migrantes que son contrabandeados cruelmente a través del Darién, por lo general en su camino hacia Estados Unidos”, dijo la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Adrienne Watson, en un comunicado.
La tarea de enviar a algunos de los migrantes de regreso a sus países de origen “ayudará a disuadir la migración ilegal en la región y en nuestra frontera sur, y pondrá freno al enriquecimiento de las maliciosas redes de contrabando que se aprovechan de los migrantes vulnerables”, añadió.
“La migración irregular es un desafío regional que requiere de una respuesta regional”, dijo Mayorkas en un comunicado.
Poco después de la investidura de Mulino, el gobierno panameño dio a conocer un comunicado en el que señaló que Mayorkas había firmado un acuerdo con el ministro de Asuntos Exteriores de Panamá, Javier Martínez Acha, en el que el gobierno de Estados Unidos se compromete a cubrir los costos de repatriación de los migrantes que ingresen ilegalmente a Panamá a través del Darién.
Según el pacto, Estados Unidos proporcionaría equipamiento, transporte y apoyo logístico a Panamá para enviar a los migrantes que sean detenidos ingresando ilegalmente a Panamá de regreso a sus países de origen, indicó la nación centroamericana.
Mulino, de 65 años y exministro de seguridad del país, ha prometido poner fin a la migración por la peligrosa jungla del Darién.
“No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país aupados por toda una organización internacional relacionada con el narcotráfico y el tráfico de personas”, dijo Mulino durante su toma de posesión.
Según los términos del acuerdo, equipos del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés) ayudarán al gobierno local en Panamá a capacitar personal y desarrollar sus propios conocimientos y habilidades para determinar cuáles migrantes podrán ser retirados del país en virtud de las leyes de inmigración panameñas, señalaron dos funcionarios de alto rango del gobierno de Washington.
Ambos hablaron con The Associated Press bajo condición de anonimato a fin de revelar detalles de un acuerdo que aún no se hacía público.
Estados Unidos cubrirá el costo de los vuelos, ya sean chárter o comerciales, de los migrantes que sean expulsados para que puedan volver a sus países de origen. Los funcionarios no especificaron el monto que aportará Washington para esos vuelos o hacia qué países serían deportados los migrantes.
Los funcionarios señalaron que Estados Unidos brindaría asistencia y conocimientos sobre cómo llevar a cabo las repatriaciones, incluso ayudando a las autoridades panameñas a evaluar a los migrantes que puedan ser elegibles para recibir protección. Pero Estados Unidos no decidirá a quién deportar, subrayaron los funcionarios.
El programa estará bajo control exclusivo de Panamá, en apego con las leyes de inmigración del país, y será su gobierno quien tome las decisiones, indicaron los funcionarios estadounidenses. Añadieron que Panamá ya cuenta con un programa de repatriación, pero que éste es limitado.
El acuerdo se produce en momentos en que el Tapón del Darién se ha convertido en un tipo de vía rápida para los migrantes de todo el hemisferio sur y otras regiones que intentan llegar a Estados Unidos. El Tapón del Darién se ubica en la frontera entre Colombia y Panamá.
Más de medio millón de personas cruzaron el Darién el año pasado y más de 190.000 lo han hecho en lo que va de 2024. La mayoría de los migrantes provienen de Venezuela, Ecuador, Colombia y China.
El gobierno del presidente estadounidense Joe Biden ha tenido problemas durante un año electoral para demostrarle a los votantes que tiene control sobre la inmigración y la seguridad fronteriza. El exmandatario Donald Trump, quien ha priorizado el tema migratorio durante su campaña, ha responsabilizado a Biden por los problemas en la frontera sur del país.
Biden anunció a principios de junio una nueva medida para restringir el acceso al asilo una vez que el número de personas que se presentan en la frontera sur alcanza cierto umbral. Los funcionarios del DHS han atribuido a estas restricciones el descenso de hasta el 40% en los encuentros con la Patrulla Fronteriza.
Washington también anunció medidas para permitir que ciertos cónyuges de estadounidenses sin estatus legal soliciten una residencia permanente y a la postre se naturalicen sin tener que salir primero del país. La iniciativa de Biden podría beneficiar a más de medio millón de inmigrantes.
El periodista de Associated Press Juan Zamorano contribuyó a este despacho desde Ciudad de Panamá.
REBECCA SANTANA
Santana covers the Department of Homeland Security for The Associated Press. She has extensive experience reporting in such places as Russia, Iraq, Afghanistan and Pakistan.
(AP Foto/Matías Delacroix)
Corte suprema EEUUWASHINGTON (AP) — La Corte Suprema de Estados Unidos falló el lunes que los expresidentes tienen amplia inmunidad ante la justicia, extendiendo la prórroga en el proceso penal que se le sigue a Donald Trump en Washington por acusaciones de que conspiró para anular su derrota en las elecciones de 2020 y prácticamente eliminando toda posibilidad de que el exmandatario sea juzgado antes de las elecciones de noviembre.
En un histórico fallo de 6-3, la mayoría conservadora del tribunal, incluidos los tres magistrados nombrados por Trump, acotó el caso en su contra y lo devolvió al tribunal de primera instancia para que determine qué queda de la acusación del fiscal especial Jack Smith.
El fallo fue reflejo de la visión que se tiene de los poderes presidenciales, y desató críticas de los jueces en disenso de que la decisión socava uno de los principios básicos de la democracia: que ninguna persona está por encima de la ley.
La decisión de la corte pone de relieve la manera como los jueces han sido llevados a desempeñar un papel fundamental en las elecciones presidenciales de noviembre. El tribunal había rechazado previamente un intento de evitar que el expresidente apareciera en las boletas debido a sus acciones tras los comicios de 2020. La semana pasada, la corte también limitó el cargo por obstrucción que enfrenta Trump y que ha sido utilizado en contra de cientos de sus simpatizantes que irrumpieron en el Capitolio federal el 6 de enero de 2021. En muchos sentidos, la división entre los jueces es también un reflejo de la división política que se vive en todo el país.
“Bajo nuestra estructura constitucional de poderes separados, la naturaleza del poder presidencial otorga a un expresidente inmunidad de procesos penales por acciones tomadas dentro de su autoridad constitucional conclusiva y preclusiva”, escribió el presidente de la corte, John Roberts, en nombre de la mayoría. “Y tiene derecho a por lo menos una inmunidad supuesta de ser procesado penalmente por todos sus actos oficiales. No hay inmunidad para actos no oficiales”.
Roberts insistió en que el presidente “no está por encima de la ley”. Pero en un mordaz disenso de los tres jueces liberales de la corte, la magistrada Sonia Sotomayor escribió: “En todo aspecto del poder oficial, el presidente ahora se cierne por encima de la ley”.
Durante una lectura de su opinión en el tribunal, Sotomayor declaró que “debido a que nuestra Constitución no protege a un expresidente de responder por actos criminales y traicioneros, estoy en desacuerdo”. Añadió que la decisión “es una afrenta al principio, fundacional para nuestra Constitución y sistema de gobierno, de que ningún hombre está por encima de la ley”.
La protección otorgada por el tribunal a los presidentes “es tan mala como suena, y es infundada”, añadió.
Poco después de la decisión, Trump escribió en su red social en mayúsculas: “Gran victoria para nuestra Constitución y nuestra democracia. Orgulloso de ser estadounidense”.
El despacho de Smith se negó a comentar sobre el fallo.
El equipo de campaña del presidente Joe Biden señaló en un comunicado que el fallo de inmunidad de la Corte Suprema “no cambia los hechos” sobre lo sucedido el 6 de enero.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, calificó el fallo como “una decisión vergonzosa” que fue tomada con la ayuda de los tres jueces que fueron designados por Trump.
“Socava la credibilidad de la Corte Suprema y deja entrever que la influencia política está por encima de todo en nuestros tribunales actualmente”, escribió el demócrata en la red social X.
Los jueces anularon un aspecto del acta acusatoria. Determinaron que Trump es “totalmente inmune” a ser procesado por cualquier conducta relacionada con discusiones con el Departamento de Justicia.
Trump también es “al menos presumiblemente inmune” de acusaciones de que trató de presionar al vicepresidente Mike Pence para que rechazara la victoria de Biden el 6 de enero de 2021. Los fiscales pueden seguir tratando de argumentar que las presiones de Trump sobre Pence pueden todavía ser parte de la causa en su contra, escribió Roberts.
La corte ordenó un análisis de hechos en torno a una de las acusaciones más graves en contra del expresidente: que Trump fue parte de un plan para inscribir a compromisarios falsos en estados en los que Biden ganó por estrecho margen, quienes asegurarían falsamente que Trump había salido victorioso. Ambas partes tienen interpretaciones drásticamente distintas sobre si estos intentos pueden considerarse oficiales, y los jueces conservadores señalaron que determinar cuál de las partes tiene la razón requeriría de un análisis adicional al nivel de la corte de primera instancia.
La opinión de Roberts impuso restricciones adicionales a los fiscales, prohibiéndoles usar cualquier acto oficial como evidencia para tratar de demostrar que las acciones no oficiales del presidente violaron la ley. Un ejemplo que no es relevante en este caso pero que salió a relucir durante los argumentos fue el hipotético pago de un soborno a cambio de la designación de un embajador.
Según el fallo del lunes, un expresidente podría ser procesado por aceptar un soborno, pero al momento de presentar su caso, los fiscales no podrían hacer mención del acto oficial, como la designación.
La jueza Amy Coney Barrett, que suscribió el resto de la opinión de Roberts, discrepó en este aspecto. “La Constitución no exige cegar a los jurados sobre las circunstancias que rodean la conducta por la que los presidentes pueden ser considerados responsables”, escribió Barrett.
También calificó de innecesario el análisis de la acusación de los electores falsos. “No veo ningún argumento plausible para prohibir el enjuiciamiento de esa supuesta conducta”, escribió Barrett.
El trabajo de determinar cómo proceder recaerá en la jueza de distrito Tanya Chutkan, que presidiría el juicio de Trump.
Trump todavía podría enfrentar un juicio, dijo el profesor de derecho de Notre Dame Derek Muller. “Pero el hecho es que es casi imposible que ocurra antes de las elecciones”.
Los periodistas de Associated Press Lindsay Whitehurst, Alanna Durkin Richer, Eric Tucker, Stephen Groves, Farnoush Amiri, Michelle Price y Ali Swenson contribuyeron a este despacho.
BY  MARK SHERMAN
(Foto AP/Jacquelyn Martin)
Votantes EEUUWASHINGTON (AP) — Luego del debate presidencial de esta semana en Estados Unidos la sensación es que muchos de los votantes se encuentran entre la espada y la pared.
Aparte del considerable y exaltado universo de partidarios de Donald Trump, el debate cristalizó de repente las preocupaciones de muchos estadounidenses, entre ellos una parte de los partidarios del presidente Joe Biden, de que ninguno de los dos candidatos es apto para dirigir la nación.
Previo al primer debate de la campaña para las elecciones presidenciales, los votantes se enfrentaban a la elección entre dos candidatos sorprendentemente impopulares. Vieron entonces cómo Trump contaba una sarta de falsedades con agudeza, vigor y convicción, al tiempo que Biden se esforzaba enormemente por conseguir puntos de debate e incluso por armas frases. Esto aumentó las dudas sobre la idoneidad del presidente demócrata de 81 años para seguir en el cargo cuatro años más.
Ahora, las opciones son aún más desalentadoras para muchos demócratas, votantes indecisos y republicanos anti-Trump. Muchos de ellos terminaron muy conflictuados luego de ver el debate.
El viernes, a las puertas de un supermercado de la cadena Whole Foods en el centro de Denver, Matthew Toellner, demócrata registrado, inclinó la cabeza hacia un lado, con la boca abierta, imitando a su candidato favorito, Biden, a quien se vio hacer eso a veces en la pantalla dividida cuando Trump hablaba el jueves por la noche.
“Voy a votar por Biden”, dijo Toellner, de 49 años, apoyado en el revestimiento de madera de la tienda de comestibles. “En realidad, puede que no”.
Unos minutos después, Toellner miró a la calle y se lo volvió a pensar. “Voy a votar por Biden, creo que sería un tonto si no lo hiciera. Pero odio tener que hacerlo”.
Su exhorto a Biden y a los demócratas: “Por favor, retírese, consiga a alguien elegible”.
En la banca de un parque de Detroit, Arabia Simeon se sentía políticamente desamparada tras haber votado por los demócratas en las dos últimas elecciones presidenciales.
“Da la sensación de que estamos condenados pase lo que pase”, lamentó.
El desprecio de Trump por los hechos impregnó sus argumentos, aunque rara vez se le cuestionaron los detalles durante el debate. Sobre el aborto, por ejemplo, uno de los temas que más ha dividido a Estados Unidos durante generaciones, el expresidente republicano afirmó que existe un acuerdo universal en que los estados deben decidir sobre su legalidad. Hay feroces discusiones al respecto.
Pero, ¿importa eso? La reacción del público, en docenas de entrevistas por todo el país, recordó la valoración que hizo Bill Clinton tras su presidencia sobre lo que quieren los votantes en tiempos difíciles: “Cuando la población se siente insegura, prefiere a alguien fuerte y equivocado que débil y correcto”.
El debate descolocó a Simeon igual que a Toellner.
Esta joven de 27 años, propietaria de una empresa de Detroit, llegó a la noche del debate decidiendo entre Biden y un candidato independiente, el más prominente de los cuales es Robert F. Kennedy Jr. Ahora se inclina por Biden.
“Creo que ha confirmado la sensación que tenía de que estas elecciones van a ser muy agitadas, y para mí ya no se trata de elegir el menor de los males”, dijo desde un banco del parque durante una pausa en el trabajo. “Es más bien que ambos candidatos no me parecen opciones viables”.
Simeon dijo que como persona negra y queer, “es realmente desalentador saber que no importa lo lejos que lleguemos como país, todavía vamos a tener un restablecimiento de fábrica cuando se trata del presidente y tenemos que elegir entre dos hombres blancos”.
En gran medida, los legisladores demócratas de Washington y los responsables del partido en todo Estados Unidos cerraron filas en torno a Biden a pesar del pánico que se apoderó de muchos de ellos por su desempeño en el debate. Pero sus comentarios fueron comedidos, pareciendo dejar una apertura en caso que Biden tomara la extraordinaria decisión de permitir que los demócratas encuentren otro candidato.
“Es decisión del presidente Biden lo que quiera hacer con su vida”, dijo Sharif Street, presidente del Partido Demócrata de Pensilvania y senador estatal. Hasta ahora, ha decidido que es nuestro candidato, y yo estoy con él”.
Sin duda, muchos partidarios de Biden no vieron nada que les desanimara, por mucho que tendieran a pensar que había metido la pata.
“Es preocupante”, comentó Jocardo Ralston, de Filadelfia, sobre el turno de Biden en el escenario. Sin embargo, Ralston dijo: “No estoy en conflicto, ni siento que estoy eligiendo el menor de dos males... Biden no es la opción ideal para muchos, pero es la única opción para mí, sin remordimientos ni vacilaciones”.
El estudiante de tercer año de doctorado en la Universidad de Pensilvania, cuyo trabajo se centra en las experiencias de los chicos negros y latinos queer en las aulas de educación especial, vio el debate en un bar de Cincinnati mientras visitaba la ciudad. “Todo el trabajo que hago y todo por lo que lucho está en oposición directa a Trump, sus valores y sus políticas”, señaló.
Biden tuvo una actuación más animada el viernes en un mitin en Raleigh, Carolina del Norte, donde reconoció que ya no debate como antes. “Sé cómo hacer este trabajo”, dijo. “Sé cómo hacer las cosas”. Atacó a Trump de formas que se le escaparon la noche anterior.
“Pensé: ’Bueno Joe, ¿por qué no dijiste eso anoche?”, dijo Maureen Dougher, de 73 años, que encontró a Biden “fuerte”, “definido” y “muy claro” en sus comentarios durante el mitin. En un debate visto por unos 51,3 millones de personas, según una estimación preliminar de la empresa Nielsen, la actuación de Biden “no fue tan buena como hoy”.
Amina Barhumi, de 44 años y residente en Orland Park, Illinois, está afiliada a la Coalición Cívica Musulmana y evalúa a Biden y Trump en parte por cómo espera que actúen cada uno de ellos en defensa de los intereses de los musulmanes estadounidenses. Se considera también como desmoralizada por las elecciones de los candidatos, pues asevera que escucha “esencialmente la misma retórica” de ambos.
“Tenemos opciones no tan buenas que son las favoritas”, subrayó. “Ayer fue una afirmación de exactamente eso”.
“Francamente, creo que fue muy difícil de ver”, dijo sobre el debate. “Tengo adolescentes y lo sentí como una sarta de discusiones e insultos sin sentido. Y creo que el público estadounidense espera más”.
Los periodistas de The Associated Press Jesse Bedayn en Denver; Mike Householder en Detroit; Carolyn Kaster en Cincinnati; Melissa Perez Winder en Bridgeview, Illinois, y Makiya Seminera en Raleigh, Carolina del Norte, contribuyeron a este despacho.
BY  CALVIN WOODWARD
(AP Foto/Carolyn Kaster)
RepublicanosWASHINGTON (AP) — Es difícil referirse a alguien como “Hitler” y terminar agradándoles, y mucho menos convertirse potencialmente en la persona que elijan para ayudar a dirigir el país.
Pero la cambiante posición del senador de Ohio JD Vance sobre Donald Trump a lo largo de los años, desde un antiguo crítico del expresidente a un fiel aliado, es una metamorfosis compartida por muchos de los potenciales compañeros de fórmula de Trump.
No es raro que un compañero de fórmula vaya más allá de desacuerdos pasados ​​con un candidato presidencial. Joe Biden tuvo un intercambio notablemente mordaz con Kamala Harris en 2020, cuando ambos buscaban la nominación demócrata. Harris confrontó a Biden por comentarios en la década de 1970 sobre el transporte escolar y le dijo durante un debate que ella “no creía que fueras racista” a pesar de que él había hecho comentarios “hirientes” sobre poder trabajar durante su carrera incluso con senadores segregacionistas. . Biden la eligió para que fuera su vicepresidenta de todos modos.
Pero el cambio es más sorprendente para los posibles compañeros de fórmula de Trump, ya que en algunos casos les obliga a abandonar posiciones políticas mantenidas desde hace mucho tiempo y retractarse de críticas vehementes.
He aquí un vistazo a algunos de esos cambios:
JD Vance
En una entrevista de 2016 con Charlie Rose mientras promocionaba su libro “Hillbilly Elegy”, Vance se llamó a sí mismo “un tipo que nunca apoyaría a Trump” y dijo sobre el futuro presidente: “Nunca me gustó”.
Ese año, le dijo a la NPR: “No soporto a Trump. Creo que es nocivo y que está llevando a la clase trabajadora blanca a un lugar muy oscuro”. Escribió un artículo de opinión para The New York Times titulado: “El señor Trump no es apto para el cargo más alto de nuestra nación”.
Vance dijo que no votó por Trump en 2016 y su ex compañero de cuarto compartió imágenes de un mensaje de texto que Vance le envió ese año en el que llamó a Trump "cínico" y dijo que podría ser "el Hitler de Estados Unidos".
Pero cuando Vance lanzó su campaña para el Senado en 2021, sus puntos de vista estaban estrechamente alineados con los de Trump. Se reunió con el ex presidente y rápidamente obtuvo su respaldo, obteniendo un impulso crucial en las primarias republicanas.
Vance ha dicho que “estaba equivocado” acerca de Trump. En una entrevista este mes en Fox News Channel, le pidieron que explicara sus críticas pasadas.
“No pensé que fuera a ser un buen presidente”, dijo Vance. “Fue un gran presidente. Y es una de las razones por las que estoy trabajando tan duro para asegurarme de que obtenga un segundo mandato”.
Incluso como estudiante de primer año, Vance se ha destacado en el Senado como uno de los más feroces defensores de Trump y como una voz emergente en política exterior. Alineándose con el ala más populista del partido, Vance se ha opuesto ferozmente a la ayuda adicional a Ucrania e incluso viajó a la Conferencia de Seguridad de Munich a principios de este año para presentar argumentos en su contra.
A medida que el nombre de Vance ascendió a lo más alto de la lista de posibles compañeros de fórmula de Trump, adoptó notablemente posiciones que contrastan con las del ex vicepresidente Mike Pence y le dijo a ABC News en una entrevista que no habría certificado de inmediato los resultados de las elecciones de 2020.
También dijo que era “realmente escéptico” de que la vida de Pence estuviera en peligro en el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio y calificó al comité bipartidista que investigó el ataque como “una farsa”.
Trump presionó pública y privadamente a Pence para que anulara la victoria electoral de Biden en 2020 durante la certificación del Congreso el 6 de enero de 2021, algo que Pence no tenía poder para hacer. La campaña de presión de Trump fue un factor motivador en el violento asalto de la turba al Capitolio, muchos de los cuales coreaban “Cuelguen a Mike Pence” mientras se abrían paso hacia el edificio y buscaban a los legisladores. El comité de la Cámara del 6 de enero encontró que la turba se acercó a 40 pies de Pence mientras era evacuado apresuradamente del Capitolio.
Pence se ha negado rotundamente a respaldar a Trump para otro mandato en la Casa Blanca.
marcorubio
Algunos de los comentarios más duros del senador de Florida Marco Rubio sobre Trump surgieron durante su enfrentamiento durante la campaña presidencial republicana de 2016. Trump comenzó a llamarlo “Pequeño Marco” y a burlarse de él. Rubio respondió insultando el maquillaje de Trump y el tamaño de sus manos.
Rubio también llamó a Trump un “estafador” y “la persona más vulgar que jamás haya aspirado a la presidencia”.
A principios de este año, cuando ABC News reprodujo algunos de los comentarios de Rubio de 2016, respondió diciendo: "Fue una campaña".
En una entrevista reciente con CNN, hizo comentarios similares: “Eso es como preguntarle a un boxeador por qué golpeó a alguien en la cara en el tercer asalto. Fue porque estaba boxeando”.
Su relación mejoró drásticamente mientras Trump estuvo en la Casa Blanca. Y mientras Trump hace campaña por tercera vez para la presidencia, Rubio ha aplaudido sus propuestas.
En el Senado, Rubio había sido durante mucho tiempo una voz destacada en materia de inmigración y fue miembro clave de un grupo que trabajó en un proyecto de ley de 2013 que incluía una vía hacia la ciudadanía para millones de personas que se encontraban en el país ilegalmente. Ahora, Rubio dice que apoya el plan de Trump de desplegar al ejército estadounidense para deportar a quienes se encuentran en el país ilegalmente.
"Vamos a tener que hacer algo, desafortunadamente, vamos a tener que hacer algo dramático", dijo Rubio en una entrevista en mayo con NBC.
Cuando se le mostraron clips de sus comentarios de 2016 en los que decía que los planes de Trump para las deportaciones masivas no eran realistas ni viables, Rubio dijo que “el tema ha cambiado completamente”.
El senador dijo que el número de personas que llegan a Estados Unidos ha aumentado enormemente y lo calificó como “una invasión del país”.
David Burgum
Burgum fue uno de los más de una docena de republicanos que se postularon contra Trump en las primarias presidenciales de 2024, pero se retiró en diciembre y apoyó a Trump antes de que comenzara la votación.
Antes de eso, el gobernador de Dakota del Norte había rechazado la idea de asociarse con Trump.
En una entrevista en julio pasado en “Meet the Press” de NBC, se le preguntó a Burgum, un hombre de negocios, si alguna vez haría negocios con Trump, y respondió: “No lo creo”. Y añadió: "Simplemente creo que es importante que te juzguen por la compañía que tienes".
El mes siguiente, le dijo a CNN en una entrevista que no serviría como vicepresidente de Trump.
Como muchos otros republicanos, Burgum criticó a Trump en 2016, cuando se publicó el vídeo “Access Hollywood” en el que Trump se jactaba de agarrar a mujeres por los genitales sin su consentimiento. Burgum, entonces candidato republicano a gobernador, emitió un comunicado calificando los comentarios de Trump de “ofensivos, incorrectos e inaceptables”.
Este año, Burgum se ha convertido en un entusiasta defensor de Trump y ha aprovechado su perfil de rico hombre de negocios y gobernador versado en política energética para ayudar al republicano a conseguir millones en recaudación de fondos, especialmente de donantes con grandes sumas de dinero.
Elise Stefanik
Cuando la congresista de Nueva York fue elegida por primera vez en 2014, era conocida como una republicana moderada con vínculos con el establishment del partido, ya que había trabajado en la Casa Blanca de George W. Bush y en las campañas presidenciales del gobernador de Minnesota, Tim Pawlenty, y más tarde de Mitt Romney. sirviendo como asistente del ex presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan.
En 2016, inicialmente apoyó la campaña del gobernador de Ohio, John Kasich. Cuando Trump fue el candidato del partido, ella no dijo su nombre, solo dijo que “apoyaría al candidato de mi partido en el otoño”.
Se convirtió en una partidaria más vocal a medida que se acercaban las elecciones, pero dejó claro que en ocasiones no estaba de acuerdo con él, criticando sus comentarios en la cinta “Access Hollywood” y discrepando con su posición sobre la OTAN, su decisión de retirarse del histórico acuerdo climático de París y su prohibición a los viajeros procedentes de países predominantemente musulmanes, por ejemplo.
Esos desacuerdos se desvanecieron con los años. Stefanik surgió abruptamente como una de las defensoras más abiertas de Trump durante su primer juicio político en 2019, y es un papel que ha adoptado desde entonces. Cuando los republicanos expulsaron del liderazgo a la exrepresentante Liz Cheney por sus críticas a Trump y sus esfuerzos por anular las elecciones de 2020, eligieron a Stefanik para ocupar su lugar.
En su papel de presidenta de la conferencia republicana en la Cámara de Representantes, Stefanik ha criticado la condena penal de Trump en Nueva York, defendido sus propuestas políticas y se ha hecho eco de su lenguaje sobre el 6 de enero, declarando falsamente que los encarcelados por el ataque eran "rehenes".
Su lealtad a Trump se destacó en 2022, ya que la estima del expresidente dentro del partido se había desinflado después de que asumiera la culpa por los resultados más débiles de lo esperado en las elecciones de mitad de período. Stefanik anunció días después de las elecciones que respaldaba a Trump para presidente en 2024, un anuncio que se produjo antes de que Trump dijera siquiera que se postularía.
A principios de este mes, cuando los periodistas locales de su distrito de Nueva York le preguntaron sobre sus críticas pasadas a Trump, Stefanik profesó repetidamente su apoyo al expresidente.
"Estoy orgulloso de haber votado por él y haberlo apoyado en las elecciones de 2016", dijo Stefanik, según la radio WAMC de Albany. “Estoy orgulloso de ser su aliado más fuerte en el Congreso. Y estoy orgulloso de seguir trabajando, sin importar cómo se desarrolle la situación vicepresidencial, seguiré siendo un luchador por este distrito y apoyando al presidente Trump, quien tiene un historial comprobado de lograr resultados”.
Tim Scott
En 2016, el senador de Carolina del Sur inicialmente apoyó a Rubio en la carrera presidencial y ese mismo año criticó a Trump por su renuencia a condenar al Ku Klux Klan.
"Si Donald Trump no puede tomar una posición contra el KKK, no podemos confiar en que defienda a Estados Unidos contra Putin, Irán o ISIS", dijo Scott, el único republicano negro del Senado.
También criticó a Trump por sus ataques a la herencia mexicana de un juez en 2016, calificándolo de “racialmente tóxico” y dijo que los comentarios de “Access Hollywood” eran “indefendibles” y “repugnantes”. Todavía apoyó a Trump en las elecciones de 2016, llamándolo el “menor de dos males”.
Scott también criticó a Trump después de sus comentarios ambiguos sobre la manifestación nacionalista blanca de 2017 en Charlottesville, Virginia, diciendo que su “autoridad moral” estaba “comprometida”.
Scott se reunió con Trump en la Casa Blanca después de la reunión. En una entrevista con Fox News Channel el jueves, Scott dijo que compartió su perspectiva con el entonces presidente en esa reunión y que a partir de entonces trabajaron para "encontrar soluciones juntos".
“Fue el incidente de Charlottesville lo que hizo que nuestra relación sea lo que es hoy”, dijo Scott.
Aunque se postuló contra Trump en las primarias republicanas de 2024, Scott se retiró y respaldó al expresidente, convirtiéndose en uno de sus porristas más entusiastas.
Michelle L. Price
Price es reportera política nacional de The Associated Press y reside en Nueva York.
(Foto AP)
VictimasMientras viajan por Alaska en unas vacaciones planificadas hace tiempo, Ike y Susan Riffel se detienen de vez en cuando para colocar pegatinas que indican a la gente que debe "vivir con Riffully".
Es una forma de que la pareja de California honre los recuerdos de sus hijos, Melvin y Bennett, que murieron en 2019 cuando un avión Boeing 737 Max se estrelló en Etiopía .
Los Riffels y las familias de otros pasajeros que murieron en el accidente y en uno similar en Indonesia poco más de cuatro meses antes están esperando saber cualquier día de estos si el Departamento de Justicia de Estados Unidos, todos estos años después, procesará a Boeing en relación con los dos desastres , en los que murieron 346 personas.
Ike Riffel teme que en lugar de llevar a Boeing a juicio, el gobierno ofrezca a la compañía otra oportunidad de libertad condicional corporativa a través de un documento legal llamado acuerdo de procesamiento diferido , o DPA. O que los fiscales permitan que Boeing se declare culpable y evite un juicio.
“Un acuerdo de culpabilidad oculta la verdad. Un acuerdo de culpabilidad ocultaría la verdad”, afirma Riffel. “Dejaría a las familias sin la menor idea” de lo que sucedió dentro de Boeing mientras se diseñaba y probaba el Max , y después del primer accidente en 2018, que señaló problemas con el nuevo software de control de vuelo.
“Las familias quieren saber la verdad. ¿Quién fue el responsable? ¿Quién hizo qué? dice el padre. “¿Por qué tuvieron que morir?”
Ike es un consultor forestal jubilado y Susan es una educadora religiosa jubilada. Viven en Redding, California, donde criaron a sus hijos.
Mel tenía 29 años y se preparaba para convertirse en padre cuando el vuelo 302 de Ethiopian Airlines se estrelló seis minutos después del despegue. Practicó deportes en la escuela y trabajó como técnico para el Departamento de Transporte de California en Redding. Bennett, de 26 años, amaba las artes escénicas mientras crecía. Trabajó en soporte de TI en Chico, California, y los clientes todavía envían tarjetas a sus padres.
“Eran nuestros únicos dos hijos varones. Eran muy aventureros, muy independientes y les encantaba viajar”, ​​dice Riffel.
A principios de 2019, Mel y su esposa, Brittney, se fueron de “luna de miel” a Australia. Brittney voló a casa mientras Mel se reunía con su hermano en Taiwán para comenzar lo que ellos llamaban su gira mundial. Él y Bennett se dirigían a su última parada, Sudáfrica, donde Mel planeaba hacer un poco de surf, cuando abordaron el vuelo de Ethiopian Airlines en Adís Abeba.
En California, Susan Riffel contestó el teléfono cuando sonó aquel domingo por la mañana. Al otro lado de la línea, alguien de la aerolínea les dijo que sus hijos habían estado en un avión que se había estrellado.
“Cuando lo escuchas por primera vez, no lo crees”, dice Ike Riffel. “Y después de ver que hubo un accidente, sigues sin creerlo. ‘Oh, tal vez no lograron subir’. Piensas en todos esos escenarios”.
La siguiente sorpresa se produjo en enero de 2021: el Departamento de Justicia acusó a Boeing de fraude por engañar a los reguladores que aprobaron el Max, pero al mismo tiempo, los fiscales aprobaron un acuerdo que significaba que el cargo de delito grave único podría retirarse en tres años.
“Lo escuché en las noticias. Simplemente me dejó atónito. Pensé, ¿qué diablos?” dice Riffel. “Me sentí bastante impotente. No sabía lo que era un acuerdo de procesamiento diferido”.
Él y su esposa creen que fueron engañados por el Departamento de Justicia, que hasta entonces había negado que hubiera una investigación criminal en curso. Boeing nunca se ha puesto en contacto con la familia, según Riffel. Supone que se basa en el consejo de los abogados de la empresa.
“No confío en que Boeing haga lo correcto y realmente perdí mi confianza en el Departamento de Justicia”, afirma. “Su lema es proteger al pueblo estadounidense, no proteger a Boeing, y me parece que han pasado todo el tiempo defendiendo a Boeing”.
El Departamento de Justicia reabrió la posibilidad de procesar a Boeing el mes pasado, cuando dijo que la compañía había incumplido el acuerdo de 2021. El Departamento de Justicia no especificó públicamente las supuestas violaciones.
Boeing ha dicho que cumplió con los términos del acuerdo, que requería pagar 2.500 millones de dólares, la mayor parte a las aerolíneas clientes de la compañía, y mantener un programa para detectar y prevenir violaciones de las leyes antifraude de Estados Unidos, entre otras condiciones.
La decisión pendiente en Washington es importante para los familiares de todo el mundo.
Los 157 pasajeros y miembros de la tripulación que murieron en el accidente en Etiopía procedían de 35 países , siendo el mayor número de Kenia y Canadá. Casi dos docenas de pasajeros volaban para asistir a una conferencia ambiental de las Naciones Unidas en Nairobi.
El accidente del 10 de marzo de 2019 se produjo apenas unos meses después de que otro Boeing 737 Max 8, operado por Lion Air de Indonesia , se estrellara en el mar de Java , matando a las 189 personas que iban a bordo. La gran mayoría de los pasajeros del vuelo del 29 de octubre de 2018 eran indonesios.
En ambos accidentes, el software conocido por el acrónimo MCAS inclinó el morro del avión hacia abajo repetidamente basándose en lecturas defectuosas de un solo sensor.
Los familiares de las personas que viajaban en ambos vuelos demandaron a Boeing en un tribunal federal estadounidense en Chicago. Boeing ha resuelto la gran mayoría de esos casos después de exigir a las familias que no revelaran cuánto les pagaron.
Los Riffel han encontrado fuerza y ​​propósito al reunirse con las familias de algunos de los otros pasajeros del vuelo 302. Juntos, han presionado al Departamento de Justicia, la Administración Federal de Aviación y el Congreso para asegurarse de que los aviones sean lo más seguros posible.
Muchos de ellos quieren que el gobierno procese a funcionarios de alto rango de Boeing, incluido el ex director ejecutivo Dennis Muilenburg y el actual director ejecutivo David Calhoun , quien estaba en la junta directiva de la compañía cuando ocurrieron los accidentes. Han pedido al Departamento de Justicia que multe a Boeing con más de 24 mil millones de dólares por lo que uno de sus abogados, Paul Cassell, llamó “el crimen corporativo más mortífero en la historia de Estados Unidos”.
En el grupo de familiares se encuentra Javier de Luis, un ingeniero aeroespacial cuya hermana, Graziella, iba en el vuelo de Etiopía. Y Michael Stumo y Nadia Milleron, que perdieron a su hija, Samya. Los canadienses Paul Njoroge , Chris y Clariss Moore han realizado varios viajes a Washington para implorar a los funcionarios gubernamentales que actúen contra Boeing y exijan aviones más seguros. La esposa de Njoroge , sus tres hijos y su suegra estaban en el avión, al igual que la hija de los Moore, Danielle.
Al principio, el grupo de familiares se comunicaba por correo electrónico solo para saber cómo estaban los demás. Al poco tiempo, y especialmente después de conocerse cara a cara, se mostraron más decididos a hacer algo más que llorar juntos: querían marcar una diferencia.
“Queremos encontrarle algún significado a lo que le pasó a nuestros seres queridos”, dice Ike Riffel. “Si podemos hacer que la aviación sea más segura para que esto no vuelva a suceder, entonces habremos obtenido algunas victorias”.
POR  DAVID KOENIG
(Foto AP/JimYoung, archivo)

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