
Era la primera vez que el líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, que tiene la última palabra sobre todos los asuntos del estado, mencionaba públicamente los supuestos envenenamientos, que comenzaron a finales del año pasado y han enfermado a cientos de niñas.
Las autoridades iraníes no admitieron el fenómeno hasta hace unas pocas semanas y no han dado detalles sobre quién podría estar detrás de los ataques o qué productos, en su caso, se habrían utilizado. A diferencia de la vecina Afganistán, Irán no tiene un pasado de ataques de extremistas religiosos contra la educación de las mujeres.
“Si se demuestra el envenenamiento de estudiantes, los que estén detrás de este crimen deben ser condenados a pena capital y no habrá amnistía para ellos”, dijo Jamenei, según la agencia de noticias estatal IRNA.
Las autoridades han reconocido supuestos ataques en más de 50 escuelas en 21 de las 30 provincias del país desde noviembre.
El ministro iraní del Interior, Ahmad Vahidi, dijo el fin de semana que los investigadores habían reunido “muestras sospechosas”, sin dar más detalles. Pidió a la población que mantuviera la calma y acusó a enemigos no identificados de avivar el miedo para socavar a la república islámica.
Vahidi dijo que al menos 52 escuelas habían sufrido supuestos envenenamientos, mientras que medios iraníes han dado una cifra de más de 60 centros. Al menos una escuela masculina habría resultado afectada, según reportes.
Los videos de padres preocupados y niñas en salas de urgencias con vías intravenosas en los brazos han llenado los medios sociales.

Los hipopótamos, territoriales y de hasta tres toneladas, se han extendido mucho más allá de la Hacienda Nápoles -ubicada a 200 kilómetros de Bogotá- por el río Magdalena. Las autoridades ambientales calculan que hay aproximadamente 130 ejemplares y, dada su capacidad reproductiva y ausencia de depredador natural, podrían llegar a ser 400 en ocho años.
El plan para llevarlos hacia India y México se ha ido consolidando desde hace más de un año, según dijo el jueves a The Associated Press Lina Marcela de los Ríos Morales, gerente de Protección y Bienestar Animal de la secretaría de Ambiente de Antioquia.
Primero, relató la funcionaria, deben capturarlos atrayéndolos con comida y luego llevar cada individuo en un “guacal” —una especie de contenedor de hierro— para ser trasladados en camiones por tierra en un trayecto de 150 kilómetros hasta el aeropuerto internacional José María Córdova de Rionegro, desde donde partirían hacia India o México.

Transener S.A., la empresa dedicada a transportar la energía eléctrica del país sudamericano, dijo en un comunicado que en horas de la tarde “se produjo la salida de servicio de tres Líneas de Alta Tensión que vinculan las estaciones transformadoras de General Rodríguez –suburbio al oeste de la capital-- y con el área del litoral, como consecuencia de un incendio de campo”.
Agregó que en condiciones de alta demanda eléctrica, con temperaturas que superan en promedio los 30 grados centígrados, “la perturbación generó oscilaciones en el sistema...con la consecuente restricción en la demanda”.
La central nuclear Atucha I salió de servicio en forma preventiva.
Varios barrios de la capital estaban sin luz, lo cual generó la interrupción en el servicio de las principales líneas de metro y ferrocarril suburbano. También quedaron a oscuras varias zonas de las provincias de Córdoba, Mendoza, San Luis, Entre Ríos, Santa Fe, San Juan, La Rioja, Tucumán, La Pampa, Río Negro y Neuquén.
De acuerdo al cálculo oficial, el 40% del territorio nacional se quedó sin servicio de electricidad.

La campaña paralizó el jueves la pequeña ciudad de Caranavi, donde cientos de personas incluyendo vecinos, funcionarios sanitarios y reclutas se movilizaron para destruir criaderos del mosquito transmisor de la enfermedad que en dos meses provocó la muerte de 33 personas y más de 11.668 contagios, según el Ministerio de Salud.
Los casos en Caranavi aumentaron al doble de lo que habitualmente se ha reportado “entonces ya se considera un brote”, explicó a The Associated Press el jefe de epidemiología del Servicio Departamental de La Paz (SEDES), Miguel Ángel Quispe.
“Queremos evitar que fallezcan las personas... esa es la intención de que se prevenga esta enfermedad”, mencionó Quispe, quien además dijo que se reportaron 90 casos en Caranavi.
Los soldados ingresaron a los domicilios y recogieron todos los objetos que podrían almacenar agua para evitar criaderos de mosquitos transmisores de la enfermedad.
En La Paz se han reportado 357 casos, siendo la cuarta región más afectada por la enfermedad, según el último informe sanitario.

En una velada amenaza a la separación de poderes, López Obrador reiteró sus críticas al Poder Judicial y manifestó sus diferencias con la presidenta del máximo tribunal, Norma Piña, quien abogó el mes pasado por la independencia judicial.
El mandatario ya ha atacado a las agencias reguladoras independientes y cortado fondos al Instituto Nacional Electoral, lo que ha desatado un intenso debate en el país y cuestionamientos de los medios, que se han convertido en un blanco en sus conferencias matutinas, y más recientemente del Departamento de Estado estadounidense.
“Ahora que llegó la nueva ministra, declara en un formalismo extremo, como si fuesen omnímodos los jueces, que son autónomos, que pueden hacer lo que quieran y apenas llegó la nueva presidenta se desata una ola de resoluciones a favor de presuntos delincuentes”, dijo el mandatario durante su conferencia matutina.
López Obrador criticó con dureza al Consejo de la Judicatura Federal al que llamó “florero” por no ejercer su función de investigar a los jueces y afirmó que durante la gestión del ministro Arturo Zaldívar, quien antecedió a Piña en la presidencia de la Suprema Corte, “había un poquito más de vigilancia hacia los jueces”.